Castellón Naturaleza en Red
Concesión de 3,5 millones de euros por parte de la Fundación Biodiversidad, cofinanciada por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), para desarrollar el ambicioso proyecto “Castellón Naturaleza en Red”.
RESUMEN
Castellón Naturaleza en Red es una propuesta estratégica de ciudad, trabajada durante varios años por el Ayuntamiento y SEO/BirdLife.
SingularGreen ha colaborado como consultoría técnica en la fase de redacción de las Acciones B, las acciones encargadas de la implemetantacion de esta ambiciosa estrategia de renaturalización , aportando nuestra experiencia en infraestructura verde y soluciones basadas en la naturaleza para:
Ajustar las acciones al marco estratégico definido en la Agenda Urbana y el Plan Natural.
Definir indicadores claros y medibles que permitan evaluar su impacto real.
Reforzar la coherencia entre la estrategia global y las intervenciones en colegios, estanques, cubiertas y rotondas.
De este modo, nuestra aportación ha ayudado a que el proyecto pase de la visión estratégica a un conjunto de actuaciones transformadoras, con métricas que faciliten su seguimiento y replicabilidad.
IDEAS PRINCIPALES
El proyecto Castellón Naturaleza en Red nace con una ambición clara: convertir la ciudad en un gran sistema verde y azul conectado, capaz de mejorar la calidad de vida de la ciudadanía y responder a los desafíos del cambio climático. No se trata de sumar actuaciones aisladas, sino de diseñar una visión de conjunto, una hoja de ruta que guíe el desarrollo de Castellón hacia 2030.
Una ciudad que se abre a la naturaleza
Castellón se encuentra en un entorno privilegiado: entre el mar, la montaña y la huerta periurbana. Sin embargo, el crecimiento urbano de las últimas décadas ha generado desconexiones ecológicas y déficits de espacios verdes en algunos barrios. El proyecto plantea revertir esta situación para que la naturaleza no quede relegada a los márgenes, sino que forme parte del día a día de la ciudad.
El objetivo es que parques, plazas, marjalería, huerta, acequias y zonas azules se integren en una red verde continua, conectando barrios entre sí y también con el entorno natural. De este modo, Castellón no solo gana en biodiversidad, sino también en confort climático, salud y cohesión social.
La importancia de la planificación
Para que esta transformación sea posible, se parte de un proceso de planificación estratégica. En primer lugar, se realiza un diagnóstico riguroso que analiza la situación actual: qué espacios verdes existen, en qué estado se encuentran, cómo se conectan entre sí, qué especies los habitan y cuáles son sus principales carencias.
Este diagnóstico incluye factores ambientales —calidad del aire, regulación térmica, efecto isla de calor, servicios ecosistémicos— y también sociales, como la distribución desigual de zonas verdes entre barrios. La visión es clara: ningún vecindario debe quedarse atrás en el acceso a la naturaleza urbana.
Además de la mirada técnica, se incorpora la participación ciudadana. Encuestas, entrevistas y talleres permiten que las prioridades de la población formen parte del proceso: más sombra en las plazas, espacios para la infancia, biodiversidad en los patios escolares o recuperación de zonas degradadas.
Hacia la Castellón de 2030
El trabajo estratégico no se limita a fotografiar el presente, sino que plantea un horizonte: ¿cómo queremos que sea Castellón en 2030?. Esa pregunta guía la construcción de una visión compartida.
La respuesta se concreta en una serie de líneas maestras:
Aumentar y diversificar los espacios verdes urbanos.
Conectar la ciudad con la huerta y la marjalería mediante corredores ecológicos.
Potenciar la biodiversidad con vegetación autóctona y hábitats funcionales.
Integrar la naturaleza en colegios, cubiertas, plazas y equipamientos públicos.
Reforzar la resiliencia frente al cambio climático reduciendo la isla de calor y mejorando la gestión del agua.
Esta visión no se queda en el papel: se alinea con marcos internacionales como la Estrategia Europea de Biodiversidad 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y con compromisos locales ya adoptados, como la Agenda Urbana de Castellón o el Plan de Acción por el Clima y la Energía Sostenible.
Una hoja de ruta operativa
La estrategia se traduce en un plan práctico que establece qué intervenciones son prioritarias, en qué plazos deben ejecutarse y qué indicadores permitirán medir su impacto. Esto garantiza que cada paso se dé con coherencia y que se pueda evaluar si la ciudad avanza en la dirección deseada.
La definición de indicadores es especialmente importante: permiten medir, por ejemplo, cuántos metros cuadrados de superficie se renaturalizan, cuántos árboles se plantan, cómo evoluciona la calidad del aire o qué mejoras se producen en el confort térmico de las zonas intervenidas.
Gracias a este sistema de seguimiento, la ciudadanía y las administraciones pueden comprobar que los objetivos estratégicos se cumplen y que las inversiones tienen un impacto real.
RESULTADOS ESPERADOS
Con la implementación de estas medidas, Castellón logrará:
- Generar una red de refugios climáticos escolares.
- Recuperar la funcionalidad ecológica de estanques y charcas.
- Aumentar significativamente la superficie de zonas verdes urbanas.
- Transformar espacios de tránsito en hitos verdes y paisajísticos.
- Implicar a la comunidad educativa y vecinal en el diseño, uso y mantenimiento de los nuevos espacios.
- Introducir ejemplos visibles de cubiertas vegetales en el centro urbano.