La DANA que asoló el levante español en octubre de 2024 se ha grabado en la memoria colectiva como el «mayor desastre natural en la historia reciente de España».
Ante la devastación, el primer instinto, el más humano, es simplemente reconstruir lo que se perdió, restaurar lo que el agua se llevó para volver a la normalidad cuanto antes.
Sin embargo, en medio del desafío, surge una oportunidad para pensar de forma diferente.
El instinto de reconstruir puede transformarse en una visión de reconstruir mejor.
Este es precisamente el enfoque del nuevo programa de subvenciones de 5 millones de euros de la Fundación Biodiversidad.
A diferencia de las ayudas de emergencia tradicionales, centradas en la mera restitución, este programa se concibe como un laboratorio para el futuro de la adaptación climática en España.
No se trata solo de levantar muros, sino de sembrar resiliencia para los 78 municipios afectados, creando un entorno más preparado, sostenible y en armonía con la naturaleza.
1. No es una ayuda europea (y eso es una gran ventaja)
A primera vista, podría parecer un inconveniente, pero una de las características más singulares y beneficiosas de esta convocatoria es que su financiación no proviene de fondos europeos como FEDER o los fondos de recuperación (PRTR).
Los 5 millones de euros proceden íntegramente de los presupuestos generales del Estado.
¿Por qué es esto una ventaja? Porque simplifica drásticamente la carga administrativa para los solicitantes. Los proyectos se regirán únicamente por la Ley de Subvenciones española, sin tener que navegar por la compleja capa adicional de reglamentos y normativas que acompaña a los fondos europeos. Esto agiliza el proceso y permite que las entidades se centren en lo verdaderamente importante: el diseño e implementación de proyectos de alto impacto.
Como señaló Sonia Castañeda, Subdirectora para la transición verde de la Fundación Biodiversidad, esta característica es un factor clave para facilitar la participación:
«los fondos con los que se ponen en marcha esta convocatoria son fondos nacionales de los presupuestos generales del Estado, no son fondos europeos.
¿Y eso qué quiere decir?
Quiere decir que las reglas del juego serán las de la ley de subvenciones, pero no habrá una carga extra relacionada con los reglamentos y las reglas del juego de otros fondos… En de alguna manera esto puede simplificar.»
2. Cada proyecto debe cumplir una triple misión: Empleo, Ciencia y Educación
Esta convocatoria va mucho más allá de la restauración ecológica tradicional. Cada propuesta, sin excepción, debe integrar de manera transversal tres ejes de impacto que garantizan una recuperación holística y duradera para las comunidades afectadas.
Los tres componentes no negociables son:
• Creación de empleo y capacitación: Los proyectos deben incluir acciones concretas para generar empleo verde y ofrecer formación práctica, capacitando a la población local para participar activamente en la reconstrucción y en la nueva economía sostenible.
• Generación de conocimiento científico: Las propuestas deben basarse en la mejor evidencia científica disponible y, a su vez, contribuir a generar nuevo conocimiento que ayude a hacer frente al desafío del cambio climático.
• Sensibilización y educación ambiental: Es obligatorio que cada proyecto desarrolle actividades para sensibilizar y educar a la población sobre la prevención y reacción ante futuros desastres naturales, fortaleciendo la cultura de la resiliencia comunitaria.
Este «triple mandato» transforma la subvención en un sofisticado instrumento de política pública. Asegura que cada euro invertido genere beneficios múltiples y en cascada: no solo la restauración ecológica, sino también el desarrollo de capital humano y el fortalecimiento de la preparación comunitaria ante futuras crisis.
3. La ciencia no es opcional, es un requisito indispensable
El plan de reconstrucción pone un énfasis rotundo en el rigor científico, asegurando que las intervenciones no sean meras buenas intenciones, sino acciones efectivas y basadas en datos. Para garantizarlo, la convocatoria establece requisitos científicos explícitos y obligatorios.
Esta exigencia se materializa de dos formas, dependiendo de la estructura del proyecto:
• En los proyectos presentados en agrupación dentro del «Eje 1», es obligatorio que al menos una de las entidades socias sea de carácter científico, como organismos públicos de investigación, universidades, centros tecnológicos o centros de apoyo a la innovación.
• En los proyectos presentados de forma individual en el «Eje 1» y en todos los proyectos del «Eje 2», es indispensable crear un comité científico asesor. Este comité tendrá la función de validar tanto las actividades que se desarrollen como los resultados que se obtengan.
Este requisito es una de las claves más potentes de la convocatoria, pues garantiza que la inversión pública se traduzca en soluciones duraderas, eficientes y adaptadas a los complejos desafíos del cambio climático.
4. La financiación es excepcionalmente accesible: cubre el 95% del coste
Uno de los mayores obstáculos para que organizaciones valiosas puedan ejecutar proyectos transformadores suele ser la falta de recursos para cofinanciar las ayudas. Esta convocatoria aborda directamente este problema ofreciendo una de las tasas de financiación más elevadas del panorama actual.
La subvención cubrirá hasta el 95% del coste total del proyecto, un porcentaje que desde la propia Fundación Biodiversidad califican como «interesante y atractiva». Este alto nivel de cofinanciación reduce drásticamente la barrera de entrada para entidades sin ánimo de lucro, universidades y otras organizaciones elegibles, democratizando el acceso a los fondos y asegurando que las mejores ideas, no solo las mejor financiadas, sean las que lleguen a implementarse.
5. No solo se financia la restauración, sino también a quienes la realizan
La estrategia de la convocatoria es doblemente inteligente, ya que no solo financia el trabajo de recuperación, sino que también invierte en fortalecer a las organizaciones que lo llevan a cabo. Para ello, se estructura en dos ejes de actuación bien diferenciados.
• Eje 1: Ecosistemas resilientes. Dotado con 4 millones de euros, este eje financia proyectos de restauración a gran escala (entre 350.000 € y 1 millón de euros) centrados en implementar soluciones basadas en la naturaleza, recuperar la conectividad ecológica y aumentar la resiliencia del territorio frente a futuros desastres.
• Eje 2: Apoyo a entidades sin ánimo de lucro. Con una dotación de 1 millón de euros, este eje es único. Su objetivo es apoyar directamente a las organizaciones ambientales y sociales de las zonas afectadas. Los fondos (entre 100.000 € y 500.000 €) les ayudarán a recuperarse del impacto de la DANA, poner en marcha de nuevo sus líneas de trabajo y fortalecer su capacidad organizativa.
Este enfoque dual reconoce una verdad fundamental: una recuperación sostenible a largo plazo no solo depende de acciones puntuales, sino de la existencia de un tejido asociativo local fuerte, resiliente y capacitado para liderar la transición ecológica sobre el terreno.
Conclusión
Este programa de 5 millones de euros es mucho más que una simple partida de ayuda para paliar los efectos de un desastre. Es un plan cuidadosamente diseñado que propone un modelo de recuperación más inteligente, verde y centrado en las personas. Al priorizar la ciencia, el empleo local, la educación y el fortalecimiento del tejido social, establece un precedente para transformar una catástrofe en un catalizador de cambio positivo.
Este enfoque integral nos deja una pregunta clave: ¿podría este modelo de ‘reconstrucción verde’ convertirse en el estándar para responder a los futuros desastres climáticos que inevitablemente enfrentaremos?
